domingo, 25 de mayo de 2014

Isla Isabel



            Era hermosa de cintura para arriba, quizás la más lozana de las mozas, pero una enfermedad infantil le había dejado las piernas quebradas. En la treintena tuvo un hijo. Su padre dijo que la había forzado un vagabundo que pasó la noche en el pajar. Nadie vio al forastero. Su madre calló. Isabel, sin embargo, anheló el hijo.
            Cuando las mujeres de rosario le quitaron el niño fruto del pecado y lo entregaron en el hospicio de Talavera, ella se marchó a dos leguas de la aldea y se puso a llorar. Poco a poco se fue formando una laguna a su alrededor. En el centro, donde Isabel soportaba su pena, brotó una isla de sal. Allí vivió muchos días, los pájaros le llevaban la comida y el rocío el agua. Los escasos vecinos que pensaron en ir a socorrerla desistieron para no desatar la ira y ser también desmembrados del pueblo.
          Un día dejó de llorar. Ante el recelo de que desapareciera la laguna, las frecuentes oraciones y el sacar a pasear los santos trajeron las lluvias. Diluvió. Al descampar, Isabel no estaba. La isla permanece. Espera.

* * *



Con este microrrelato participo en la propuesta del mes de abril («...en la Isla de las Mujeres») del concurso «Esta noche te cuento».

Pinchad AQUÍ si queréis leer el relato y los comentarios recibidos en el blog de los organizadores.

11 comentarios:

  1. Precioso, no solo la historia, sino la forma de contarla tiene un poso de sal.
    Suerte!

    ResponderEliminar
  2. Ximens, tienes una forma de contar que me llena. Es un placer visitarte.

    Saludos

    ResponderEliminar
  3. Qué bien escribes, qué imaginación.

    Suerte con el relato.

    ResponderEliminar
  4. Qué duro el silencio, cuantas cosas cuenta.
    Que haya suerte Ximens, es muy bueno.

    ResponderEliminar
  5. Ximens un cuento que bien podría ser de tradición oral, qué bien expresas la maldad de las gentes vetustas de aquel pueblo. Precioso.

    abrazos

    ResponderEliminar
  6. Qué bonito, me gusta cómo lo cuentas. ¡Un abrazo!

    ResponderEliminar
  7. Preciosa leyenda para el origen de una isla. Tu manera de contar es una gozada. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  8. Ximens, la primera parte me trae recuerdos de LECTURAS como "los Santos Inocentes", en serio esa forma de ver a la chica, su deformidad, su incompatibilidad con la vida del día a día en un pueblo aislado.
    Después la fantasía la aleja de todo y todos y crea su propia isla, un pequeño atolón de lágrimas del que también desaparece . Un final con intriga y abierto. Muy bueno. Abrazos

    ResponderEliminar
  9. ¡Cuánto escondes detrás de lo que cuentas, Don Javier! Esta es una de esas piezas que valen para explicar la importancia de la elisión en el género.

    Una historia que se clava como una astilla debajo de una uña.

    Aplaudo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Muy bueno, Ximens. Dramático y con un gran manejo del suspenso.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  11. Conmovedor y pleno de tu narración magistral, aunque no soy muy creyente en la exaltación de la tristeza, pues creo que construye depresión.

    ResponderEliminar

Debido a la cantidad de spam que estoy recibiendo tendré que no admitir los "Anónimos".